En esta fecha evocar nuestro día, hablar de nuestra profesión, es lo que tradicionalmente ocurre. En la ocasión voy a hacer mención de la Institución Colegio; imposible escindir a la misma de nuestra profesión, máxime cuando hablamos de defenderla y resguardarla sea mediante el contralor del debido ejercicio en su concepción más amplia y/o cumpliendo un rol social como custodio de la conducta ética.

                                               Una cara de la Institución Colegio que muchos no advierten, es la defensa legislativa de los derechos adquiridos, derechos merced precisamente a su gestión en la permanente elevación de adecuación de normas y leyes que permitieron a través del tiempo el progreso de la misma. Tan solo con una mirada retrospectiva desde sus orígenes hasta nuestros días, se advierte la importancia y reconocimiento que tomó nuestra profesión frente a la sociedad. Son varias las oportunidades en que, en los últimos 15/20 años, merced a su intervención se defendieron incumbencias; escala de honorarios cuando una y otra vez se intentó cargar contra los mismos para su reducción; también en ocasión de la redacción del actual CCCN en cuanto a la figura del Corredor Público, donde por entonces se intentó introducir la figura de “Corredor no matriculado”. Las gestiones son numerosas, en cambio, la memoria, conocimiento y/o consideración de todo ello, presentan “vuelo corto” en la percepción de algunos.

                                               Sin un basamento ordenador, sin el contralor que habilite para el ejercicio profesional a aquel que esté preparado y acreditado para ello; sin la uniformidad en los aranceles que dé transparencia y credibilidad a nuestro accionar; ineludiblemente se desdibuja nuestra profesión y su prestigio ganado. Prestigio que se construyó de a dos, por un lado, el profesional inmobiliario que honra su condición como tal a través del debido ejercicio, y por el otro, la Institución Colegio.

                                               En estos tiempos en donde se intentó instalar el menosprecio a su figura institucional y a su rol, se atacó su razón de ser cuestionando su existencia, del mismo modo que se llegó al absurdo de cuestionar la carrera universitaria en la formación de un profesional. Quedó claro quién es quién y que persiguen determinados intereses como las franquicias inmobiliarias, a las que la Institución Colegio incomoda, más aún, no les es funcional el profesional universitario, prefiriendo para el caso, a los agentes con un curso de ventas y marketing de algunos meses.

                                               La mejor forma de festejar nuestro día, es reafirmar nuestra conciencia profesional con más profesionalismo, de la mano de la capacitación constante, actualización de conocimientos y la conducta esperada y requerida por la sociedad a la altura del prestigio ganado y sobre todo la defensa de nuestra Institución.

FELIZ DÍA COLEGAS. LOS ABRAZO.

Alfredo Lavalle
Presidente
CMYCPDJQ